martes, 30 de noviembre de 2010

La araña


Escena de patio

Acabábamos de salir al patio y servidor aún estaba desenvolviendo algún que otro almuerzo de esos que se resisten (sí de esos que en vez de papel albal le ponen una camisa de fuerza ;) ), cuando de repente un torbellino de peques llegaron al grito de -"Prooofeeeeeeeeee!"

-Profe: ... ¿Qué pasa?... ¿Qué pasa?
-Niños: ¡Una arañaaaaaa....! ...Ven, ven y mírala.

Nos acercamos en comandita al lugar señalado (a la otra punta del patio, of course :) )

-Niños: Mira, mira... ¡Está ahí!
(Apunte: Menos mal que me la señalaron porque la pobre era minúscula, microscópica)

-Profe: ¡Ah, vale!... No le hagáis daño que ella no os ha hecho nada, ¿vale?
-Niña: Síiiiii.... Estar viva.

:D... La respuesta de la peque (4 años) me pareció genial. Como bien apuntó una compañera, le faltó decir algo así como ... -"Te parece poco la posibilidad de que me pique".

jueves, 25 de noviembre de 2010

Frase inspiradora

La frase inspiradora es aquella que en pocas palabras llevan al individuo a pensar mucho más lejos.
Esta es una de ellas:

A veces, invertimos más en un coche que en un hijo.

Eduard Punset

¿A dónde te lleva esta?... ;) ... Si no se te ocurre nada puedes pinchar sobre la cita y aterrizar en el blog del popular divulgador... Soprende lo que allí se encuentra (sobre todo desde la perspectiva de un profe de infantil).

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La mirada del maestro


Al final de un período de prácticas al uso, el universitario ya a punto de abandonar el aula le dijo al tutor que le acompañó durante los casi cuatro meses de residencia:

- " Gracias por todo. Siento que he cambiado; que mi percepción de la enseñanza y sobre todo la de los niños ha cambiado infinitamente. He aprendido junto a tí a programar, a llegar un poco más lejos de lo propuesto en la guía didáctica, pequeños trucos verbales para conducirles a reconocer la verdad en un hecho puntual, a que den ese último bocado a su almuerzo, a... .... Pero no consigo mirarles como les miras tú...".

A lo que el experimentado maestro le contestó:

-"No, gracias a tí por saber apreciar en mi labor diaria todos esos pequeños detalles. El valor de las cosas no está en ellas, está en los ojos que las miran. Y hablando de ojos... Mi mirada hacia los niños no tardarás en tenerla, pero por si te sirve, te diré que les miro con la ternura de una madre la mayor parte de las veces, la severidad de un padre cuando se precisa, la firmeza de quien acompaña de verdad por un camino ya transitado y siempre con el respeto, la humildad y el reconocimiento infinito a quien el día de mañana puede que sea el médico que intente curar mi enfermedad o me dé los último cuidados en mi lecho de muerte. Que te vaya bien, suerte en la vida"

Y un abrazo selló la despedida de dos amigos, de aquellos que reman y miran hacia un mismo horizonte.

Hacia tiempo que no escribía. Me apetecía retomar el blog con un pequeño cuento escrito por servidor. Gracias por la espera.
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