viernes, 29 de abril de 2011

Elogio al Sentido Común


Quizás sea víctima de mi propia memoria, pero por mucho que busque dentro de ella no alcanzo a encontrar a nadie que se acerque ni por asomo a mi querida tía-abuela en cuanto a concentración de sentido común por centímetro cuadrado de piel se refiere. Sin apenas estudios y con letra infantil pero clara, siempre tenía la opinión justa sin dejarse embaucar por la subjetividad de los lazos de sangre. No daba consejos pero siempre tenía uno si se lo demandaban; no le interesaba la vida de los demás pero pocos detalles se le escapaban: su mirada limpia parecía un escáner tan silencioso como eficaz. Cosas de antaño y de la guerra, tuvo poca ocasión de pisar la escuela. Quizás por eso le daba tanta importancia a la misma, y también quizás por ello mantuvo un sentido común a prueba de tentaciones desde que tuvo uso de razón. Mujer de palabra, actuaba con férrea coherencia por muy cuesta arriba que se le hiciesen algunos hechos. Se le veía feliz. No recurría a artificios para hacerte notar cuánto le importabas... ....Poseía muchas cualidades, de esas que hoy por hoy no se encuentran o por lo menos no se encuentran con tanta facilidad y en esas cantidades.

¿Qué ha pasado para que esta sociedad que entre todos construímos haya abandonado cantidad de buenas prácticas y valores que ya poseía? ¿Qué ha pasado para que la popularización de la formación formal no haya venido acompañada del mantenimiento (como poco) del sentido común? ¿Cuánto daño y sufrimiento personal está suponiendo este abandono inconsciente del sentido común? ¿Nos podemos alejar todavía mucho más del sentido común? (lamentablemente sí, hasta la autodestrucción) ¿Se puede trabajar en la escuela el sentido común? ¿Cómo?... ... ...


Muchas preguntas se abren ante la constatación de un camino desandado y que imperiosamente deberíamos recobrar. La reconquista del SENTIDO COMÚN y su valoración en toda su magnitud debería ser parte de los planes de estudio de esa nueva escuela preocupada en la formación integral de la persona. Atesorar grandes dosis de sentido común en la vida se me antoja un pilar de la propia felicidad... y quizás sólo por eso ya merezca la pena devolverle el sitio que jamás tuvo que perder.


Definición de Sentido Común según la Wikipedia:

Creencias o proposiciones que benefician a la mayoría de la gente de una familia, clan, pueblo y/o nación.





domingo, 17 de abril de 2011

Contrato para maestras de 1923


Ayer de camino a hacer la compra semanal caí en una desternillante sección radiofónica llevada por las Supremas de Móstoles dentro del programa Dos días contigo de Cristina López Schilichting (pinchando en el enlace tenéis el audio en la tercera hora de programa del sábado 16 de abril de 2011). El caso es que pasé unos minutos de fábula... Al principio pensaba que estaban totalmente de broma, pero enseguida me dí cuenta de que hablaban de un contrato real, de una relación laboral que realmente exsitió (y no hace mucho tiempo). Hoy he tenido un ratillo para investigar en la web, y por lo visto es un documento que ya hace tiempo que circula (así que probablemente ya conozcas) y pertenece a la documentación del libro "Maestros y textos" de Apple, Michael W. editado por Paidós en España.

Aquí os dejo la perla:

Esto es un acuerdo entre la señorita ............................, maestra, y el Consejo de Educación y de la Escuela ...................................................., por el cual la señorita ....................... acuerda impartir clases durante el período de ocho meses, a partir del primero de septiembre de 1923. El Consejo de Educación acuerda pagar a la señorita ......................... la cantidad de ($75) mensuales.

La señorita...............................acuerda:
1) No casarse. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2) No andar en compañía de hombres.
3) Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana, a menos que sea para atender una función escolar.
4) No pasearse por las heladerías del centro de la ciudad.
5) No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6) No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7) No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino o whisky
8) No viajar en coche o en automóvil con ningún hombre, excepto su hermano o su padre.
9) No vestir ropas de colores brillantes.
10) No teñirse el pelo.
11) Usar al menos dos enaguas.
12) No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13) Mantener limpia el aula:
a) Barrer el suelo del aula al menos una vez al día.
b) Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente y jabón.
c) Limpiar la pizarra una vez al día.
d) Encender el fuego a las 7:00 de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
14) No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.


Con el paso del tiempo estas cláusulas producen nuestra risa... aunque no sean nada cómicas.

martes, 5 de abril de 2011

Frase inspiradora II


Repetía incansablemente el prestigioso paleontólogo Stephen Jay Gould (1941-2002) sobre la especie humana que "somos la última gota de la última ola del inmenso océano cósmico". Ante tal afirmación no puede quedar ni el más mínimo atisbo de soberbia; ante tal constatación no podemos más que dejar de tomarnos tan en serio de una vez.
Sin embargo desde la más tierna infancia, en parte por culpa del desmedido amor paterno filial y por la obsesiva conquista de la autoestima del infante por medio de la acción del adulto , se nos recuerda incansablemente cuán importantes somos, a veces incluso nos "cocinan un entorno" tan a la medida que no podemos más que vivir como si fuéramos el ombligo del mundo.

Esta dualidad (este binomio interior irreconciliable) es sin duda una fuente de dolor de por vida que se gesta en la infancia y alimentamos mientras existimos (como casi todos). Aprendemos desde los más tiernos primeros años a no vivir en equilibrio con la Historia Natural de la Tierra que nos acoge, y cómo decía aquel: - "Esto no puede acabar bien". Y es que bastantes tensiones internas nos genera la relación con el Otro como para encima añadirle el estar desubicado en el escenario vital que nos envuelve (y sin saberlo).

Después de vivir consciente o inconscientemente siglos bajo la premisa "homo omnium rerum mensura est" hay que empezar a desandar en su justa medida este pensamiento que coloca al hombre por encima de todo, erradicar todo tipo de esquemas mentales-perceptivos que empujen a cualquier forma de etnocentrismo y reconciliar desde la humildad-generosidad al Hombre con la Madre Tierra. En ello nos va la felicidad presente y futura; en ello padres y escuela podemos hacer mucho más de lo que hacemos, empezando por nosotros mismos.

P.D... ¿Te has reído hoy de tí mismo por lo menos una vez?... Es muy sano.

lunes, 4 de abril de 2011

Binomios interiores irreconciliables


Los binomios irreconciliables pautan el mundo interior de los seres humanos. Entender en profundidad el difícil equilibrio de los dos extremos de una misma cuerda esquivando la incoherencia, es sin duda una llave para conquistar la felicidad personal. Los hay evidentes y es obligación del docente y/o tutor ayudar a los más pequeños no sólo a identificarlos, sino a apreciar y a asumir la necesidad de su existencia para obtener una vida más plena y más intensa.
Nadie en su sano juicio renunciaría permanentemente, en el hipotético caso de poder, a la experiencia del placer si a cambio le concediesen la ausencia de dolor. Parece evidente, pero en ocasiones, y ante experiencias vitales que obligan al individuo a centrar su foco de atención exclusivamente en uno de los extremos de la cuerda, lo más probable es que acabe por olvidar dónde estaba el punto de equilibrio y por lo tanto acabe por perder el sentido de su devenir existencial, y si esta situación perdura en el tiempo acabará entrando por la puerta grande la temida depresión (que a fin de cuentas no es más que otro binomio irreconciliable: sentido vital vs depresión).

Sinceramente creo que la escuela está ante retos inmensos. Otro mundo está aquí y nuestra manera de enseñar ha dejado de responder a la complejidad social y personal de una nueva Humanidad que ha dado la vuelta a su manera de ver el mundo como se le da la vuelta a un calcetín. Entre estos retos está el de educar para la felicidad , para una felicidad a largo plazo, duradera y a prueba de las embestidas que toda vida plena está llamada a sufrir. Introducir los binomios interiores y su gestión en los planes de estudio parece ineludible.
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