viernes, 18 de diciembre de 2009

Símbolo de una década


El nuevo rostro de Belén Esteban, el mismo revuelo, la misma cara.

Avergüenza saber que en el día de ayer las búsquedas españolas en Google about la face de la Esteban superaron en mucho al otro tema que podía competir por interés actual (Aminatu Haidar). Parece increíble pero no extraña.

Sé que voy a jugar un poco a sociólogo, pero es que no lo puedo evitar.
Belén Esteban es un signo, una marca de los tiempos que corren. Retrata perfectamente la sociedad en la que vivimos y a la que nos dirigimos. Además de ser un extraordinario producto de marketing made in Telecinco, es un personaje que interesa por su propia naturaleza.Conecta prodigiosamente con una masa social que la encumbra en el Olimpo de las Diosas Televisivas. Su único pecado hasta ahora es que vale lo que vende. ¿Pero qué vende?

Vende mediocridad en estado puro. Vende pensamiento maniqueo. Vende superficialidad y chascarrillo. Vende la hiel de la venganza. Vende amor de madre desmesurado, ciego. Vende desgracia. Vende orgullo de barrio. Vende lenguaje llano, soez. Vende sentencias de barra de bar. Vende la ilusión de creer que cualquiera puede estar donde ella lo está y ese es su mejor arte, su mejor trazo: empatiza hasta el punto de sustituir.

Esta misma noche va a tocar el cielo. Parece ser que tiene una audiencia millonaria esperando aisistir a sus primeras palabras con el retoque estético cumplido. Vuelve a vender sus carnes, esta vez abiertas y reconstruidas como símbolo del triunfo. El Ave Fénix del s. XXI español va a sobrevolar cientos de miles de hogares que se mueven entre el morbo, el reflejo y el sueño. Parece que alguien ha dado con la piedra de toque, congratulations (vaya pelotazo). A estas alturas, solo queda desear que por lo menos sea una experiencia divertida para todos los interesados.

Como educadores, por suerte no tenemos el poder de impedir que florezcan más la Esteban (faltaría más), sin embargo sí que podemos evitar que perfiles así no sean plato de gusto para tantos.Significará que esta sociedad a la que pertencemos camina por otros derroteros y con metas algo más altas. Falta hace.

N.B Belén Esteban a servidor ni le va ni le viene, o lo que es lo mismo, ni la engrandece ni la subestima... simplemente no le interesa; y visto lo visto, pertenezco orgulloso a una minoría.

1 comentario:

  1. Yo hasta ayer no le había visto todavía la nueva cara, creo que (afortunadamente) somos especies raras, eMaestro... :-)

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