martes, 26 de enero de 2010

Un Caballo de Troya en la habitación


Parece que la semana va de teles.

Ayer nos dieron un poco la brasa con eso de que la televisión privada cumple 20 años en nuestro país. La verdad, tampoco me parece un hito digno de conmemorar cada década, pero a los medios de comunicación les encanta darse autobombo, y ocasiones así parecen la excusa perfecta.
Esta mañana en la asamblea (mina inagotable), una pequeña espontáneamente ha vuelto a recordar sus regalos de reyes. No tenía nada que ver con lo que hablábamos, pero ya sabéis lo que cuesta que dejen de recordar una y otra vez lo vivido en su última Navidad. Nos ha contado que su regalo favorito es la
"tele de prinsesas" que le dejaron en la casa de su yaya. Conociendo la respuesta de antemano, le he preguntado dónde la habían puesto. -"En mi habitasión".

Tengo que confesar que todavía no me he quitado el regusto amargo.
No he retomado el tema como merecía, porque primero no quería reforzarlo delante del resto de compañeritos a los que todavía ni se les pasa por la cabeza tener una tele en el cuarto, y segundo porque me da que el daño está ya hecho... una vez que entra la tele en un cuarto, difícilmente se sacará de ahí. ¡Qué pena!


Qué pena y qué rabia. La industria, lista como siempre no vende ya una tele de tubo ni por casualidad. Solución: la adorno con carcasas de plástico y andando; destino: el público infantil. Familias "receptivas" como la de mi pequeña alumna no faltarán. Resultado: una invitada tan engalanada como indeseable ocupa un espacio que no le pertenece. Fácil, demasiado fácil.


En las cajas deberían de advertir con frases como:

¡Warning! Tener este aparato en el cuarto del menor dificulta el control de contenidos.

¡Atención! Que cada miembro de la familia consuma programas diferentes a la misma hora no ayuda a la comunicación y confianza entre sus miembros.

¡Attention! Dormirse con la tele encendida no es una buena idea para usted, mucho menos para su hijos menores de 5 años.

¡Cuidado! Tener la tele encendida mientras se hace otra actividad (jugar por ejemplo) no ayuda a mejorar la atención y concentración de su hijo.


¡Be careful! Ver la televisión debería ser una actividad supervisada y limitada en el tiempo.

Si quiere un consejo de este blogger, no permita que entre una tele en el cuarto de su hijo. Alargue ese momento todo lo que pueda. Y si se la regalan, reubíquela donde pueda pero no deje que ocupe un lugar que no le corresponde.

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