viernes, 26 de marzo de 2010

Carta de una maestra en tres años


Hace unos días recibí un mail de esos de cadena, que sorprendentemente hablaba de la "realidad" de una maestra de infantil a la que la inspiración le vino cuando desde el Gobierno de España se promovía la idea de retrasar la edad de jubilación hasta los 67. Aquí os la dejo, yo me he echado un risas porque aunque caricaturizado, los que nos dedicamos a esto sabemos que tiene un fondo de mucha verdad.

Así es un día cualquiera en un aula de 3 añitos, para aquellos que no lo sepan (sobre todo padres/madres, que algunas veces se sorprenden de algunas cosillas...)


Un día como hoy en un aula de 26 alumnos-as de 3 años.

Entran en " semi fila" porque se despistan, se sueltan, algunos se vuelven hacia la puerta porque no quieren entrar, ... tiras de ellos hasta el aula. Quito la mayoría de los chaquetones porque ellos solos no son capaces ya que encima del chaquetón llevan envuelta una gran bufanda, gorro y guantes que hay que guardar en los bolsillos de cada uno con cuidado no vaya a ser que se pierdan y la madre te lo recrimine durante toda la semana.

Talegas con el desayuno por el suelo, unos sentados en su sitio, otros corriendo por el aula. Se pone orden levantando la voz y terminando con un golpe de silbato o de tambor. Las 9.20, por fin se han sentado todos. Hacemos asamblea, repito más de 20 veces que para hablar hay que levantar la mano, hay que respetar el turno, unos escuchan, otros están en su mundo y otros, después del gran tazón de cereales de desayuno que les han puesto en casa sienten la llamada de la selva. En mitad de la asamblea 7 niños se levantan porque quieren hacer " caca ". Según van acabando hay que limpiarles el culito, porque no saben y se llenan ropa, manos, baño y a otro compañero si se acerca demasiado. Además, si va manchado de caca a casa, la madre te lo recriminará toda la semana y lo contará en las reuniones de madres de los cumpleaños de los niños-as. Y limpio mocos.

Empezamos el trabajo por rincones, y los no contentos con su tarea del momento se levantan, le quitan el material a otro compañero, grito, agresión, llanto,... niño a la silla de pensar. Así 3 uno detrás de otro.
Cambiamos de tarea y vuelta a empezar, grito, agresión, llanto, ... limpio mocos, limpio mocos.

Para recoger el material yo pido, yo vuelvo a pedir, yo toco el silbato, yo toco el tambor y termino GRITANDO: A RECOGER A ORDENAR CADA COSA EN SU LUGAR, a la vez que voy cogiendo cosas del suelo.

Hora del aseo, por grupos se lavan las manos y van al baño. Reparto jabón, reparto servilletas, reparto papel higiénico, uno se sube al lavabo, otro empuja porque iba el primero, uno mete el dedito en el grifo, agua por todas partes, pis fuera, cola de niños pq todos los baños están ocupados porque 4 están haciendo caca.

Desayunos: ábreme el zumo, se me ha derramado el zumo, un yogur abierto en el suelo, galletas oreo pisoteadas, yo no quiero pan, a mi ésto no me gusta, llanto me quiero ir con mi mamá, seño pélame la pera y limpio mocos. Anda, fulanito ha vomitado.

Recogemos y 15 minutos para volver a poner los chaquetones. Patio y madres en la muralla vigilando que a sus hijos no les pase nada, porque los maestros ¿ para qué estamos?
Mocos, pipi, fulanito me ha pegado, menganito no te subas en el árbol, periquito no muerdas, las piedras no se chupan, la arena no se come,limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos ...

Vuelta a clase, colgamos chaquetones en las perchas, limpio caras con toallitas, manos con agua y jabón, y vuelta a la tarea: no se pinta en la ficha del compañero, los papeles a la papelera, el cuaderno no se come, con el lápiz no pintamos el suelo, limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos...

Hora de la salida: la familia agolpada en la puerta para que su hijo-a salga el primero, me piden explicaciones de por qué un niño se ha arrancado la postillita de la frente, otro dice que se ha raspado el dedo con el suelo, otro que no se ha tomado el zumo, otra madre preocupada porque el niño ha bebido poca agua, y otra porque su niño ha salido de clase con mocos, una bufanda que no aparece, un guante perdido desde la semana pasada, una botella de agua que no es suya, ...

Llego a casa , la boca seca porque no me acordé o mejor dicho no tuve tiempo de beber agua, y una vecina cotilla, que me dice, andaaa ehhh ya hasta mañana, que poco trabajáis los maestros. Claro, porque el material del día siguiente me lo ha buscado y elaborado ella o su marido. Y cuando siempre oyes lo mismo en relación a nuestro trabajo, de lo bien que se vive de las vacaciones, de la suerte que tenemos de poder estar criando a sus hijos cuando ellos andan despreocupados de sus retoños, piesnsas: y siendo que las universidades aceptan matrículas de nuevos alumnos ¿Tan tontita es la gente para no estudiar y tratar de conseguir ese trabajo de sus sueños, donde sin hacer nada te pagan y siempre se está de vacaciones?
Así con 67 no, con 80 podríamos jubilarnos y tan frescos.

6 comentarios:

  1. Me ha gustado el "limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos" jajaja ¡pobres!

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  2. Olé olé y olé... cuanta razón hay en ese escrito...

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  3. La lástima esque esta carta debería ser publicada en la primera página de un periodico de tirada nacional para ver si el resto del mundo se entera de lo que es ser maestro

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  4. Sencillamente, me encanta.. es la pura realidad de los centros de infantil hoy día. Qué pena que todo el mundo no lo lea.. felicidades.. hasescrito nuestra realidad

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  5. Gracias por tu descripcion es la realidad el dia a dia.

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  6. Insisto NO es mía esta carta. Me he limitado a difundirla través del blog. Saludos.

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